sábado, 3 de enero de 2009

La soledad de Gabriel

G/20/11

Lucía te quiero decir que no encuentro sentido a como empezar a escribirte, me siento vacío en todo este tiempo sin estar a tu lado, no te puedo negar que siento tristeza, rabia, impotencia de no saber como estas, de no poder acercarme a tu casa por temor a ser rechazado o importunarte, quisiera que conversemos, tenemos tanto de que conversar, que no aguantaba más y decidí escribirte, además es la mejor forma como puedo comunicarme, ya que habrás caído en la cuenta que un perro puede ladrar cosas más coherentes que yo cuando abro la boca
¿Sabes? Este tiempo te he extrañado como nunca, he pensado tanto en ti que tu nombre ha quedado bordado en las hojas de mis cuadernos, las carpetas de la universidad y en todo lugar donde me encontrara.
Te quiero, pero la pregunta es ¿tu me quieres?, se que lo pensarás mucho antes de responderme y ahí está el problema, si tu me lo dijeses yo simplemente te respondería con un beso, intentaría expresártelo con lo más patético que mi mente me dictase, pero tu, ¿lo harías?, no sabes cuantas veces espero des la iniciativa de decirme un te quiero para yo darte la réplica mil, millones de veces, descubriéndome por completo, sin complejos, porque ante ti soy tan vulnerable que parezco un mendigo de tu cariño, así tu me vuelves la persona más feliz del mundo cuando siento tus brazos enrollándome y también el ser mas triste cuando al llamarte, al conversar contigo por el correo te vuelves fría, tu carácter es tan voluble que cuando menos lo espero siento que eres la pareja perfecta para luego pensar que no me amas.
Cuando me hablaste de monotonía, quise saber de que modo puedo yo hacerte feliz, hasta cuanto he podido lo he intentado y si tu me dijeras intentémoslo nuevamente lo haría, una, dos, mil veces, mientras sepa que me quieres, mientras tenga yo la convicción de que también te quiero, sin embargo, esta semana has demostrado huir de mi, cuando estaba cerca te apartabas, me sentía ignorado y no encontraba la razón. Ahora me alegro que aquel mensaje me haya llegado, ¿es cierto, te estoy cansando, aburriendo?, quizá cometí el error que tu me advertiste, el minimizar las cosas, ¿acaso querías que empiece a hacer un enredo de simplezas?.
Alguna vez reclamaste también mi confianza, creías que no te contaba todo cuanto me pasaba, no te voy a negar que he tenido y tengo problemas, todo el mundo los tiene y el concepto de la mayoría es compartirlos para ablandarlos, para aliviarlos, no sabes como te envidio cuando me comentas de aquella amistad inquebrantable con C. se que en ti puedo confiar, confío en ti, pero conóceme, soy abstraído, no puedo comentar a nadie mis cosas, por lo menos no de sobrio (me avergüenza el decirlo). Se que en ti tengo una amiga más, pero créeme que se me hace difícil poder contar mis fracasos, que son muchos, sin embargo siempre guardo como en ensueños querer compartir contigo algún remoto éxito.
Quiero sepas que a pesar de todo problema que tuvimos, estoy dispuesto a conversar, esta semana ha sido un preámbulo de dar libertad a frustraciones, por ello lo que te voy a decir puede sonar duro, yo diría razonable: Quiero librarte de mi, no intento, ni intentaré ser como unos grilletes que te apresen de los cuales no puedas escapar, el amor es libertad dicen, ahora lo comprendo, ahora que siento te la estoy arrebatando lo comprendo, se libre mi Lucía, quizá no encuentres en mi el tipo idóneo, hay millones mejores que yo, se que tu conocerás a unos miles y no culpo tu elección, no te puedo negar que también me remuerde el alma pensar que amas a otro, sin embargo es algo natural, eres libre mi Lucía, felizmente somos jóvenes, el sufrimiento tarda un poco en sanar pero sana. ¿Recuerdas que alguna vez te dije que no quería seas infeliz a mi lado?, pues te lo repito en esta carta, ‘la vida es hermosa y solo los que saben vivirla entenderán la libertad de ser hombres’, ¿sabes? Hiciste de mi vida un hermoso lugar donde habitar, además cuando te vayas no todas las rosas que sembraste en mi van a morir, me siento tan absurdo escribiendo así”.
Lucía, si esto significa una despedida quiero sepas me despido feliz y si derramo lágrimas será porque te veré partir a mejores senderos, disculpa lo dicho anteriormente, me retracto ante lo dicho que me remorderá el alma pensar que amas a otro, respetaré tus decisiones, porque seremos amigos, porque luego que leas esta carta conversaremos y si llegamos a terminar será por siempre, no te preocupes, ni te sientas condicionada a pensar en “tiempos”, dejemos los tiempos para aquellos idiotas masoquistas que disfrutan su vida en la incertidumbre de un amor, que deshojen las margaritas ellos, nosotros no, porque tu me has enseñado a madurar mucho tanto como para creerme autosuficiente y hacerme responsable de mi mismo, desde ya te agradezco por escrito, porque al hablar se me cortará la voz estoy seguro.
Anteriormente te dije que lo intentaría mil veces si mil problemas tendríamos, te aclaro nuevamente mi predisposición, siempre y cuando tu lo desees, no te sientas obligada a nada en este tiempo que te conozco he notado que no será así, eres alguien segura e independiente a pesar que no lo quieras admitir, yo busco tu felicidad y si esta estuviese a mi lado encontraría la mía a la vez.
Si crees que lo mejor es volver a ser amigos, te comprendo y prometo respetar tu decisión.

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